Pensaréis que
soy feliz. Cuando me río y me pongo colorada y asiento y comprendo lo que decís
y sentís, cuando gritamos sobre algo y hablamos y os quiero tanto. Será porque
soy irónica y a veces hasta ingeniosa y doy mil vueltas porque habrá que
reservar el buen humor para algún momento, digo yo. Será porque no veis ciertas
cosas o la falta de ellas, y te quiero abuelita aunque no atiendas a razones y
te quiero mamá aunque me mires y solo veas decepciones y defectos y no nos
conozcamos después de veinte años. Sentirte un fracaso para ti y para los tuyos,
si es que se pueden llamar así. Supongo que si algo se me da bien es hacer un
grano de arena a partir de una montaña para tragármelo y que nadie vea lo que
nadie quiere ver y que nadie sepa lo que nadie quiere saber, y Alba debería
trabajar como hace todo el mundo, y Alba debería estudiar algo útil como hace
todo el mundo, y Alba debería echarse novio como hace todo el mundo, y Alba
debería ser como todo el mundo como hace todo el mundo, y seamos sinceros, nadie
necesita a Alba. Me estoy ahogando. Será porque no
tenéis a un extraño por padre, o porque no echáis en falta la llegada de un
extraño, o porque no sois unos extraños. Será porque no os vais quedando sordos
y mudos emocionalmente año tras año tras año tras año y cuándo cuándo vas a
hacer esto y lo otro nunca, mamá, nunca, nunca abuela, nunca. Y cuándo vas a
dejar de tener miedo al futuro y a los demás, nunca, Alba, nunca, y cuándo
harás honor a tu nombre. Será porque no os han mirado como me miran a mí, como
me miro yo cuando el tiempo pasa arañando la piel y los espejos y solo los ojos
son los mismos, pero con menos brillo y más miedo, otro libro leído, otra
película vista, pero el mismo pozo de inseguridades y carencias en el corazón.
O será porque me río y me pongo colorada y asiento y comprendo lo que decís y
sentís, porque gritamos sobre algo y hablamos y os quiero tanto, y pensaréis
que soy feliz.
Pero no lo
soy.