Eres lo único que tengo, y no
te tengo. Eres como un mediodía
gris de otoño justo después de llover, eres cada estrella de nieve en la nevada
infinita a través de mi ventana; eres una vacía tarde de domingo. Pero también eres el despertar perezoso en vacaciones, el rayo de sol que hace
cosquillas en la mejilla a través de la persiana, eres el crujido de la
primavera a la salida del colegio; eres una dorada tarde de verano.
Eres todas mis tardes, y mis
mañanas, eres mis noches cuando no puedo dormirlas. Eres un millón de mariposas; eres esperanza y decepción cuando eres ilusión y
desesperanza. Eres de color esmeralda. Quizá en un punto las paredes fueron de papel y la distancia fue solo
-y como siempre, y por desgracia- la que yo puse, la que probablemente volvería
a poner y pondré siempre.
Pero, metáforas aparte, cómo
quisiera que las cosas volviesen a ser como antes, como un poquito antes y,
aunque solo fuese eso, quedarme atrapada eternamente en el instante de tu
mirada.
Este texto tiene ojos azules.
ResponderEliminarEs realmente bonito, en serio. Creo que es un muy buen espejo de ti.
este texto es absolutamente genial como todo lo que haces
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