Cierro los ojos y el aire es tan cálido que sonrío sin querer, primero con
la boca cerrada, después enseñando todos los dientes hasta que me duele la
cara. Me estiro en la toalla y me río, y mi risa es cálida como el aire y lo
hace vibrar. Vuelvo a abrir los ojos y veo un cielo sin luna ni estrellas, pantalones
cortos y rodillas manchadas de hierba. Un mechón de pelo, una mejilla pecosa.
El aire me abraza, y por un momento me siento un poco menos sola.
*
Cierro los ojos y el aire es tan
frío que me lagrimean los ojos mientras pienso en ti, y en mí sin ti, y en toda
la tierra y el mar que nos separa. Me encojo dentro del abrigo y el viento me
agrieta la piel y la luna llena brilla entre las nubes en un cielo sin
estrellas. Puedo imaginarte tumbada en el campo, y tu sonrisa y tus rodillas
manchadas de hierba y como escuchas las cigarras chirriando a tu alrededor y
piensas en escribir sobre ellas y sobre tus amigos y sobre las voces que se
pierden en el verano que no termina nunca. Y sé que no lo escribirás, y querrás
escribir sobre el pánico a las páginas en blanco y seguirás sin hacerlo. Estos
edificios son más viejos de lo que yo seré nunca y me da miedo que se me
congelen las manos si las saco de los bolsillos y te echo de menos.
*
El aire es tan cálido que casi
puedo tocarlo, montarme en él y atravesar el país, el mar, y después
hacia el norte, hacia el páramo, las colinas, los castillos. Volver a oír tu
voz, esa voz ronca que me recuerda a café, tabaco y una fiesta con amigos
mientras fuera cae la nieve. Volver a oír tu voz. Volver a oír tu voz. En momentos como este dejaría el calor y el
color del verano solo por volver a oír tu voz.
*
Es difícil encender un cigarro
cuando el viento sopla como sopla esta noche. Me preocupo porque pienso que ya
casi no me acuerdo de tu cara. Sí de tus ojos, sí de tu pelo, de tus labios.
Pero cuando intento unirlo todo desapareces y no oigo más que el viento de esta
noche y no veo nada más que las sombras en los callejones a la luz de las
farolas.
*
Todo es como debe ser: infinito, llano, honesto,
dorado y marrón. Las calles son como un tablero de ajedrez y solo dejas de
verlas cuando se pierden en el horizonte. ¿Seguirás teniendo las manos tan
ásperas?
*
Hay curvas, y hay cuestas, y hay
rincones ocultos de un verde aún más oscuro. Hay niebla y lluvia, y hay árboles
que forman túneles sobre los caminos. ¿Seguirás queriendo estar en otra parte,
como has hecho toda la vida?
*
Ojalá pudieras ver la carretera.
Es infinita y ardiente, como todo lo que hay aquí. Es infinita. Hay cactus y
tierra roja y nos lanzamos con el coche hacia el atardecer, porque es el único
destino posible, el mismo que se ha perseguido en esta tierra desde el
principio. Y la carretera es infinita.
*
Eres todo lo que no soy.
*
Echarte de menos es echarme de menos.
"Puedo imaginarte tumbada en el campo, y tu sonrisa y tus rodillas manchadas de hierba y como escuchas las cigarras chirriando a tu alrededor y piensas en escribir sobre ellas y sobre tus amigos y sobre las voces que se pierden en el verano que no termina nunca. Y sé que no lo escribirás, y querrás escribir sobre el pánico a las páginas en blanco y seguirás sin hacerlo."
ResponderEliminarME ENCANTA *sobs*.
Siempre que termino de leerte me quedo con una sensación como de soledad muy triste, jo ;_;
Por cierrrto, ¿qué pasa con Flatland, perra? ò.ó <333
Me encanta que te encante, y que te quedes con esa sensación porque esa es la idea xD
EliminarFlatland llegará cuando tenga que llegar -si llega- pero me emociona que te interese <3